Por la Lcda. Mayerlin Urbáez
Este nuevo año que inicia lleno de sueños y esperanza para asumir nuevos retos, la familia representa el pilar fundamental que nos da esa fuerza para crecer, fortalecernos y dar lo mejor como seres humanos proyectado hacia el mundo.
Convertirnos en padres es la mayor de las exigencias, dar vida, enseñanza, educación y formación en valores, es una tarea difícil de asumir. Aún más complejo cuando te ha tocado un niño especial, es un camino largo y duro, donde se establece un compromiso de amor, revestido de constancia y Fe, con caídas y fracasos, pero también satisfacción y éxito.
La familia, verdaderos gladiadores, por estar cargados de una sobredosis de esfuerzo y lucha para lograr cada meta, lo que en apariencia luce sencillo se vuelve complejo y las respuestas a cada incógnita no existen en ningún manual.
Transformar y modificar nuestras premisas de vida y adaptarnos a una dinámica familiar diferente porque te tocó un hijo(a) atípico, es una tarea que vale la pena vivirla, se valoran los cinco sentidos de una manera magnánima, que van generando sentimientos de fidelidad y nobleza, cualidades que se han ido extinguiendo en nuestra sociedad por la misma realidad en la que estamos inmersos.
Les expreso desde el fondo de mi alma que el resultado a este desafío será altamente gratificante. Finalmente les quiero compartir esta frase de San Francisco de Asís muy inspiradora:
“Empieza haciendo lo necesario, continua haciendo lo posible; y de repente estarás haciendo lo imposible.”
Artículo escrito para la sección ROMPIENDO PARADIGMAS de la Revista Otilca edición Quinto Aniversario(Leer Revista)
