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Por César Mendoza | @terapiamusical

Nuestro trabajo investigativo diario  en Otilca, requiere de muchas horas de  búsqueda y comparaciones, para brindar el mejor empeño en cada uno de los programas que se desarrollan, y que de una u otra forma ha llegado generar mucha aceptación en quienes nos siguen a través de las redes.

Otilca, siempre estará al servicio del ser humano que busca en la música un mejor mundo para ser feliz.

 Howard Gardner afirma en su obra Estructura de la mente (1983) que cualquier individuo neuro típico que haya escuchado desde pequeño música con cierta frecuencia puede manipular el tono, el ritmo y el timbre para participar con cierta soltura en actividades musicales, incluyendo la composición, el canto o, incluso, tocar algún instrumento.

En esta misma obra, Gardner cita a Mechthild y a Hanus Papusek y sus estudios revelan que: Bebés de dos meses son capaces de igualar el tono, el volumen y contorno melódico de las canciones de sus madres. De cuatro meses pueden adaptarse asimismo a la estructura rítmica, pudiendo dar saltos o brincos con el sonido cuando presentan propiedades creativas.

A la mitad de su segundo año, los niños comienzan de modo voluntario a emitir sonidos punteados, inventando música y haciendo ejercicios sonoros.

Terapia musical para embarazadas

Hacia los tres años, el niño puede aprender a “cómo escuchar” percibiendo e identificando los sonidos de su entorno (naturales, humanizados, mecánicos y otros). De 3 a 10 años, las zonas del cerebro vinculadas a los movimientos de los dedos de la mano izquierda son muy sensibles y facilitan la utilización de instrumentos de cuerda. Las edades de 4 a 6 años, son un período crítico de sensibilidad al sonido y al tono. Durante este tiempo, un rico entorno musical puede proporcionar la base para una posterior habilidad musical.

Bloom (cfr. Campbell y otros, 1996), en su obra Developing Talent in Young Children, señala que entre los pianistas superdotados que él ha estudiado, muchos no procedían de familias con habilidades para la música, pero, sin embargo, todos tenían parientes que habían apoyado el interés musical de sus niños y sus primeros profesores de música fueron cálidos, afectuosos y amables. 

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