La música es una de las expresiones más fabulosas del ser humano, puesto que a través de ella se logra transmitir, de manera inmediata, diferentes sensaciones, que desde otras manifestaciones artísticas quizás no pueden transmitirse con tanta facilidad. Es el arte del bien combinar los sonidos en el tiempo. La música es tan antigua como la historia de la humanidad, y está vinculada al origen de sus actividades fundamentales como el lenguaje y la comunicación. Antes de convertirse en una forma de arte, la música era el lenguaje más eficaz para tener en cuenta los valores y las reglas de las sociedades humanas, por lo que durante mucho tiempo formó parte de todos los rituales importantes, sobre todo los religiosos.
Múltiples investigaciones han demostrado los beneficios que el estudio de la música tiene en el desarrollo mental, emocional, espiritual y social. Los procesos mentales asociados al aprendizaje musical, desarrollados desde los primeros años, servirán para estimular distintas habilidades cognitivas útiles en áreas no musicales, como por ejemplo el estudio de otros idiomas. La música inspira el pensamiento creativo y estimula al individuo a explorar su imaginación. Leer música requiere concentración total. Un estudiante debe concentrarse en la lectura de una o dos líneas musicales simultáneas, y al mismo tiempo en el ritmo -considerado éste la parte matemática de la música- en el volumen y en la interpretación. Lograr una tarea tan difícil, como lo es aprender una nueva pieza de música, puede ser muy gratificante; esto permite a los estudiantes sentirse felices de lo que han logrado, y de esta forma aumentan su autoestima y desarrollan confianza en sí mismos.
Presentarse frente a un público para ser elogiado o criticado; ser el centro de atención; sentirse admirado; hacerle frente a la tensión y presión del momento; así como reponerse de los posibles errores cometidos son experiencias que pueden ayudar positivamente a la formación de la personalidad del individuo. Motivemos, pues, el estudio de la música. Ésta mejora el desarrollo motor, infunde disciplina, desarrolla el oído y el sentido del ritmo, educa la voz, enseña historia, tradición y cultura.
Paúl Najarro Suyón