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cabito de vela

La profesora Emilia García, docente de la UPEL- IMPM Nueva Esparta, acostumbra impartir la cátedra de Semiótica en dicha institución, cuyo ápice de estudio es la comunicación a través de símbolos e imágenes. De una de sus clases, extraje la siguiente frase: “El análisis semiótico es un acto de exploración de las raíces, condiciones y mecanismos de la significación”. Se puede notar claramente tres palabras claves en esta frase; el análisis, las raíces y la significación. Inmediatamente, no sé por qué, pensé en un cabito de vela. Ahora, usted se estará preguntando, ¿qué tiene que ver un cabito de vela con estas tres palabras? Para contestar, primero referiré el siguiente refrán: “Nos vemos las caras pero no los corazones”. Dicho esto, la cara de mi cabito, viene a ser una vestimenta espermática con una sencilla punta de mecha, esperando que un pequeño fosforo la encienda y se inicie un proceso de desgaste inocuo. De esta misma forma, se suele analizar a la gente de manera superficial, solamente por lo que se ve y no por lo que está más allá. Acto seguido, tomo a la palabra raíz, me alejo de la superficialidad y pienso en la profundidad. Volviendo al cabito de vela, me lo imagino sin cera y me encuentro su verdadera raíz: una mecha, la cual no se ve completa pero su importancia es tan grande que sin ella el cabito de vela no podría cumplir su función. Así pues, la gente debe buscar la raíz de lo que nos rodea. Por último, me queda la significación, que en el caso de una vela, invento egipcio del siglo XIII A.C., es poder dar luz; para eso fue creado. Por tanto, los esfuerzos de hoy en día por crear mensajes “fáciles” de entender, nos han limitado las habilidades de poder ver la luz de un sencillo gesto, cosa que hay que revertir. En resumen; análisis, raíces y significación, son tres palabras que están representadas en mi neuronal imagen del mundo y para ser sincero sigo sin saber por qué mi mente las relacionó tan rápido con un semiótico cabito de vela.

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