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Por Daniel Gómez

La música es probablemente el producto cultural más antiguo de la humanidad. Desde los tambores africanos a las canciones de discoteca, hemos sufrido todo un proceso de gustos musicales y probablemente en los futuros más lejanos de la humanidad siga existiendo música. Comprobando lo enlazados que estamos a la música, es normal que tenga efectos beneficiosos en nosotros. En Medciencia hemos hablado sobre los efectos que produce la música clásica en nuestro cerebro e incluso los efectos de la música sobre el ejercicio. En este artículo haremos un resumen sobre nuevos estudios musicales y sabremos más sobre los efectos de la música en nuestro cerebro:

Por qué amamos la música

Tanto si escuchas el ritmo electrónico de Daft Punk o los acordes de una sonata de Beethoven, el efecto que se produce en tu cerebro no se observa en ningún otro animal. Estudios de resonancia magnética muestran que al escuchar música se activa una región del cerebro llamada nucleo accumbens. Esta activación provoca la liberación de dopamina a través de un circuito de neuronas específicas que recibe el nombre de circuito de recompensa.

El nombre del circuito ya nos da pistas sobre su función. A través de este circuito, la dopamina nos provoca una sensación de placer y de adicción. Liberamos dopamina cuando comemos algo que nos gusta, cuando tenemos sexo, y (en menor medida) con acciones cotidianas como comer pipas, tener un nuevo seguidor en Twitter o escuchar músicaAdoramos la acción de la dopamina y cuanta más recibamos, más querremos; por eso escuchamos cientos de veces nuestra canción favorita, hasta que el efecto sorpresa y la dopamina disminuyan y empecemos a aborrecerla.

La música aumenta nuestro trabajo en equipo

Cuando varias personas escuchan o hacen la misma canción, se induce una sincronización entre ellos que les ayuda a trabajar en equipo, algo muy útil en los comienzos de la humanidad, ya que un mejor trabajo en equipo ayuda a organizarse en sociedad y cazar. Para comprobar esta afirmación, recientemente se realizó un estudio con niños de preescolar. Se hicieron dos grupos de 24 niños, a uno de los grupos se le hacía cantar una canción infantil, y al otro grupo se le hacía un juego de correr por el aula. Tras los ejercicios debían recoger canicas del suelo. Los niños unidos por la canción se organizaron más rápido y recogieron antes que los otros niños.

Esta coordinación puede ser incluso más sutil, como en los cantantes de coro que acaban sincronizando su frecuencia cardíaca mientras cantan.

La música te permite trabajar más rápido… a veces

Si necesitas hacer rápidamente las tareas de casa o rellenar una hoja de cálculo en el trabajo, la música puede ser una gran aliada. Según un estudio reciente, nuestra habilidad de reconocer imágenes, letras y números aumenta cuando se escucha de fondo música clásica o rock, en comparación con no tener música. También se ha comprobado que la música de este estilo ayuda a trabajar más rápido frente a tareas repetitivas y aburridas.

En cambio, si vas a aprender algo nuevo y complicado, como aprender a conducir o programar, mejor que pares la música. En 2010, un grupo de investigadores de la Universidad de Wales probaron que los voluntarios que escuchaban música mientras desarrollaban una tarea compleja lo hacían peor que los que no tenían música. Probablemente sea debido a que la música activa procesos cognitivos que nos distraen de la tarea principal.

Curiosamente, hay una situación en la cual la música ayuda a realizar una tarea compleja: si eres experto en esa tarea. Un estudio demostraba que los cirujanos trabajaban con mayor precisión si tenían una música que les gustaba de fondo. Da igual la complejidad de la tarea, si es una que hayas realizado muchas veces y la domines, la música te ayudará a cometer menos errores.

¿Cuál es la mejor música ambiental?

Los gustos musicales dependen de la persona. El escritor Stephen King decía que prefería trabajar escuchando hard rock, música que para otros resulta demasiado ruidosa para concentrarte.

Si estas escuchando música nueva mientras trabajas, los niveles de dopamina son mayores, especialmente si encuentras una nueva canción que adores. En esa situación, probablemente empieces a concentrarte más en la canción que en tu tarea. Para evitarlo es mejor que te quedes con tu lista de reproducción antigua, al menos para el trabajo.

Si igualmente deseas escuchar música nueva, al menos que sea instrumental. No todas las músicas son iguales, algunas pueden ayudarte a trabajar más que otras. La música clásica o la música instrumental aumentan mucho más el rendimiento que la música con letra. Incluso el ruido blanco que hay en locales públicos como cafeterías también te ayuda a concentrarte, con esta idea se ha creado una aplicación llamada Coffitivity dedicada a imitar este tipo de sonidos.

Fuente | Medium

Este artículo ha sido publicado primero en Medciencia

Hasta aquí un resumen de las últimas novedades neuromusicales. ¡Cuando vayas a trabajar no olvides colocar Otilca Radio!

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