El paciente Ted R., de 60 años, estaba leyendo un libro tranquilamente en el salón de su casa cuando un ruido le distrajo unos segundos. Cuando volvió a fijar la vista en el libro descubrió que sus letras habían sido reemplazadas por partituras. Estaba sufriendo una alucinación de notación musical.
Las alucinaciones son más cotidianas de lo que podríamos pensar, estudios recientes demuestran que el 27% de la población ha sufrido en algún momento alguna alucinación, e incluso existen páginas donde la gente puede describir sus alucinaciones.
Aunque la gente mentalmente sana puede llegar a sufrir alucinaciones, en la mayoría de casos sufrir alucinaciones suele ser un síntoma de alguna enfermedad. Hay muchas enfermedades que pueden provocar alucinaciones, como el síndrome de Charles Bonnet, en el que el paciente pierde la vista progresivamente a medida que percibe alucinaciones visuales geométricas. Otras condiciones de alucinación son la enfermedad de Parkinson, fiebre, intoxicación e incluso estados de sueño.
Las alucinaciones no pasaban de ser un síntoma curioso hasta que el neurólogo y escritor Oliver Sacks comentó la posibilidad de ser estudiadas para conocer el funcionamiento del cerebro. Cuando observamos una imagen nuestro cerebro procesa por separado en diferentes regiones del mismo diferentes características de la imagen, como la forma, los colores y los bordes. Una alucinación se produce cuando nuestro cerebro crea una información que realmente no ha sido percibida en el exterior, debido a la activacion espontanea de una region cerebral. Por este motivo no se suele alucinar con imagenes completas sino con una caracteristica aislada de la misma. Por eso la mayoría de alucinaciones son abstractas: si se produce en la región que percibe los bordes de la imagen veremos figuras geométricas, y si se produce en la región del cerebro que reconoce colores veremos colores. De esta manera podemos deducir cómo separa nuestro cerebro la información que recibe.
Las alucinaciones pueden llegar a ser muy complejas si la región de cerebro que se activa es mayor. El equipo de D. Ffytche ha conseguido clasificar las alucinaciones en más de una docena de tipos diferentes que oscilan entre figuras geométricas hasta caras animadas. Una de las alucinaciones más raras son las “alucinaciones de texto” en las que la persona alucina letras, líneas de texto, notas musicales, números, símbolos matemáticos u otros tipos de anotación.
Oliver Sacks ha publicado recientemente una recopilación de pacientes con alucinaciones de notas musicales. Presenta ocho casos de pacientes, en los que observan partituras completas (con notas, pausas y anotaciones) en sus campo de visión. En siete de los ochos casos los pacientes las ven “pintadas” en (como el libro de Ted R.). En el octavo caso el paciente tenia ceguera macular parcial y las notas musicales se veian en la region ciega de su campo visual.
En todos los casos el paciente puede observar la partitura, pero si se concentra en ella normalmente desaparece. Si tratan de reproducirla musicalmente comprueban que es demasiado compleja y absurda: los compases cambian a lo largo de la supuesta melodía y es muy ornamentada, llena de marcas de crescendo y decrecendo. De los ocho pacientes descritos el que obtuvo mejores resultados tratando de apuntar y tocar las partituras fantasma fue nuestro amigo Ted.R., y el resultado es, en sus propias palabras, bastante parecido a la música de una película del oeste.
No es raro que las partituras no tengan un significado musical real. En las alucinaciones de texto el paciente observa letras que se unen formando palabras sin sentido, con demasiadas consonantes o vocales (“skeeeekkseegsky”). Realmente son “proto-letras”, pequeñas interpretaciones de nuestro cerebro de letras que no existen. Con las notas musicales parece suceder lo mismo, son solo un conjunto de notas y signos musicales sin sentido.
Se cree que las alucinaciones de texto se producen por una activación repentina en el área cerebral encargada de la formación de palabras que es la misma que se encarga de interpretar palabras desordenadas. Sin embargo las alucinaciones de notas musicales han levantado interrogantes entre la comunidad neurocientífica, ya que se sabe poco sobre que hace nuestro cerebro al leer una partitura de música. ¿Qué falla en la gente que ve notas musicales?
Leer una partitura es más difícil que leer un texto. En un texto escrito en español usamos 24 letras que combinamos para formar palabras. En cambio una partitura musical contiene más variables, no de notas y signos musicales sino que entra en juego el espacio de separación entre las notas y la línea del pentagrama en el que se sitúa. Se cree que leemos la música con una región diferente de nuestro cerebro ya que existen pacientes con dislexia musical que pueden leer textos escritos con facilidad pero han perdido la capacidad de leer partituras. Recientemente se ha demostrado que es así: al leer música no usamos la región del cerebro de reconocimiento de palabras sino la de reconocimiento espacial.
Podemos pensar que estas alucinaciones solo son posibles en pacientes que han recibido una extensa formación musical a lo largo de su vida, haciendo que los circuitos cerebrales implicados en la lectura musical estuvieran más desarrollados y propensos a alucinar. Esto tiene lógica ya que al fin de al cabo las alucinaciones de texto normal son más habituales que las musicales. De los ocho pacientes de Sacks, siete son músicos profesionales pero la octava paciente, una mujer llamada Christy C. que ve notas musicales cuando tiene fiebre alta, no es músico profesional y solo recibió unas pocas clases de piano cuando era niña, de hecho actualmente no sabe leer partituras. Parece que las alucinaciones de notas musicales pueden producirse incluso si no se sabe leer música.
¿Y tú? ¿Has sufrido o conoces a alguien que haya sufrido este tipo de alucinaciones? Te invitamos a compartirlo en los comentarios.
Este artículo ha sido publicado primero en Medciencia.