Las matemáticas nunca han sido mi fuerte, pero sí el de muchos de mis amigos a los que curiosamente, también se les da bien la música.
Ser matemático es algo complicado. Requiere de una gran comprensión de las diferentes corrientes que convergen en el lenguaje matemático y de mucha derivación personal hacia temas abstractos, que a priori, no portan una solución práctica. Por esta y muchas otras razones, las matemáticas son una elección que debe realizarse con cabeza, pues no todos estamos mentalmente preparados para afrontarlas (y obtener resultados).
La respuesta nos la trae Tim Gowers, matemático en la Universidad de Cambridge en The Independent. Tomando cómo ejemplo al ilustre Albert Einstein, quién conociese mejor podría decirnos que además de su predilección por las matemáticas, era un gran pianista y violinista.
Su segunda esposa, Elsa, afirmaba que cuándo se trataba de solucionar un problema matemático, se sentaba en el piano y tocaba durante un largo rato. Un periodo de dos semanas de piano le llevó a esbozar los primeros esquemas sobre el principio de la relatividad.
“Si no fuese físico, sería probablemente músico. A menudo pienso en la música. Mis sueños son sobre música y veo mi vida como si fuese parte de ella” – Albert Einstein.
Pero qué razón se esconderá detrás, ¿matemáticas y música son disciplinas similares? ¿es cuestión de genética? ¿coincidencias?

Los matemáticos suelen ser buenos músicos
Las primeras evidencias nos la ofrecen las conexiones que existen entre varias notas musicales y valores matemáticos. Mientras que una octava está dividida por un factor de 2, dos notas están separadas en un teclado por la doceava raíz de 2 (1,059). Y por supuesto, podemos encontrar ecuaciones en la música, cómo la de la altura en una nota musical:
Al igual que en un complejo problema matemático, una canción requiere de una estructura armoniosamente diseñada, todo debe encajar. Esta lógica la podíamos encontrar en la música que componía Wolfgang Amadeus Mozart, con unas estructuras impecables y una belleza característica.
Pero sin embargo el compositor más característico de combinar las matemáticas y la música fue Johann Sebastian Bach. En sus obras, es característico un patrón sencillo en el comienzo, que va tomando complejidad conforme transcurre, teniendo un gran impacto en el espectador. Para que esto suceda, Bach tuvo que diseñar en su mente una ecuación que permitiese en los límites de lo posible escalar en complejidad manteniendo una belleza en su estructura y sintaxis atractiva para el espectador y mientras mantiene una dificultad adaptada para los músicos.
Volviendo a nuestra cuestión, nos encontramos a grandes músicos que ni siquiera cursaron matemáticas en el colegio, y grandes matemáticos incapaces de tocar un par de notas. La conclusión que mantengo es que ambas disciplinas tienen un vínculo estrecho, pero cómo cualquier otra corriente depende tanto de nuestra genética, cómo de nuestro ambiente, las condiciones deben ser favorables para que ello ocurra y por supuesto, nuestro interés.
Publicado en omicrono.elespanol.com