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Creado en la Universidad de Málaga, este sistema usa la inteligencia artificial para componer música clásica. Evoluciona como si fuera un ser vivo, refinando cada vez más sus composiciones

La supercomputadora Deep Blue ganó su primera partida de ajedrez a Gary Kasparov en 1996. Watson, un sistema de inteligencia artificial capaz de entender el lenguaje natural, venció a los dos mejores concursantes de la historia de Jeopardy!, un popular concurso de preguntas y respuestas de la televisión estadounidense en febrero del año pasado. En julio de 2012, Iamus, una máquina creada en la Universidad de Málaga (UMA) compone música clásica que transmite las mismas emociones que las piezas creadas por los humanos.

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Iamus, la máquina compositora de música clásica
Iamus, entre su creador, el profesor Vico, y un piano donde ejecutar sus creaciones. / UMA

El nombre de Iamus tiene un doble significado. Por un lado, así se llamaba un personaje mitológico, hijo de Evadne y Apolo, que profetizaba el futuro a través del canto de las aves. “Iamus” también es la contracción de la frase en inglés “Yo soy nos”, una especie de afirmación  de la identificación de la máquina con el ser humano en cuanto a su capacidad de generar música. “También puede ser entendido como ‘Yo soy todos los compositores’”, asegura el responsable del Grupo de Estudios en Biomimética de la UMA y en buena medida padre de Iamus, Francisco J. Vico.

El pasado 2 de julio, en el salón de actos de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Informática de la UMA, se celebró un concierto muy especial. Conmemorando el centenario del nacimiento de Alan Turing, creador de la computación moderna y primer teórico de la inteligencia artificial, reputados intérpretes de música clásica ejecutaron cuatro piezas compuestas por Iamus, una para piano, llamada Colossus en homenaje a la máquina que inventó Turing para derrotar a los nazis, otra para violín, una tercera para clarinete y el concierto acabó con Kinoth, una composición para violín y piano, interpretada por Cecilia Berkovich y Gustavo Díaz-Jerez, medalla Albéniz por su interpretación de la suite Iberia.

VÍDEO | Gustavo Díaz-Jerez y Sviatoslav Belonogov interpretan ‘Nasciturus’, compuesta por Iamus. /

“La música de Iamus es de igual calidad que la de un compositor humano contemporáneo”, dice Díaz-Jerez, profesor de piano del Conservatorio Superior de Música del País Vasco Musikene. Este pianista y compositor trabaja con los programadores de la UMA dándoles las indicaciones musicales que después ellos incorporan al algoritmo del que bebe Iamus para crear su música.  La gran diferencia de Iamus respecto de otros sistemas generadores de música es que es 100% autónomo. “Conoce la notación estándar musical y es capaz de crear la partitura y dárnosla en un pdf”, añade Díaz-Jérez.

 Es la primera vez que una máquina compone para toda una orquesta, en este caso, la Sinfónica de Londres

El equipo liderado por Vico ha creado un algoritmo con todos los parámetros necesarios, desde las notas hasta los distintos instrumentos musicales, para que Iamuspueda componer música y evolucionar en su aprendizaje. “En octubre de 2009 compuso su primera obra, era como una pieza de juventud, la que podría haber hecho un chaval que aprende composición en el conservatorio”, cuenta Vico. Pero desde entoncesIamus ha aprendido a una velocidad que ni el mejor Mozart. La máquina crea ahora su música prácticamente en tiempo real. 20.000 de sus obras ya están en la discoteca de Melomics, un proyecto de creación y comercialización musical del que Iamus es su escaparate (ver apoyo).

Potencia de cálculo para crear emociones

Para ser tan prolífico, Iamus cuenta con un cluster de supercomputación con 1.620 procesadores, una memoria de 6.752 gigabytes y una capacidad de almacenamiento de 885 terabytes (unas dos mil veces la de un ordenador típico). Con esa arquitectura, la velocidad de cálculo de Iamus llega hasta los 13 teraflops. Su sistema operativo está basado en una distribución Linux.

Sobre todo ello está el algoritmo que inspira a Iamus. El equipo de Vico se apoya en la computación evolutiva para su desarrollo. “Copiamos la evolución darwiniana. Hay un puñado de notas que compiten entre sí. Cada composición es un ser vivo que sufre mutaciones, unas siguen adelante y otras son letales y se quedan en el camino. Iamuses el sustrato donde ocurren la evolución”, explica Vico desde San Francisco (Estados Unidos), donde han instalado la sede de Melomics.

«La música de ‘Iamus’ es de igual calidad que la de un compositor humano contemporáneo»


GUSTAVO DÍAZ-JEREZ
Profesor de piano del Conservatorio Superior de Música del País Vasco Musikene

En cuanto a su capacidad de crear emociones, “Iamus no cuenta con una función evaluadora de la emoción, pero es un sistema que de forma evolutiva crea obras que los humanos interpretamos emocionalmente”, explica el pianista Díaz-Jerez. “Iamus crea música romántica o de miedo desde hace tres años. No me parece extraño que transmita emociones, se trata de una cuestión combinatoria, hay ciertas combinaciones que crean esa emoción”, sostiene Vico.

En septiembre saldrá al mercado el primer CD con la música que ha creado Iamus. Entre las obras están las ejecutadas la semana pasada y una interpretada por la Orquesta Sinfónica de Londres, siendo la primera vez que una máquina compone para toda una orquesta. A medio plazo, Iamus expandirá su capacidad creadora a otros estilos musicales. “La música moderna, como el rock o el pop, es más fácil de hacer”, aclara Vico. “Iamus es un compositor joven, tiene que aprender otros estilos”, apunta Díaz-Jerez. A largo plazo, siempre teniendo en cuenta lo relativo que es el tiempo para esta máquina capaz de componer una obra en el tiempo que dura reproducirla, Iamuspodría llegar a la genialidad. “No creemos que eso sea un problema”, mantiene Vico.

La nueva ‘Biblioteca de Alejandría’

Iamus es la fachada de un proyecto aún más ambicioso. El grupo del profesor Vico creó Melomics en 2010. Apoyada en la enorme capacidad creativa de Iamus, cuenta con un ingente repositorio de temas musicales, disponibles en sus formatos de audio (MP3), de partitura (PDF) y editables (MIDI y XML). Melomics acelerará el proceso creativo de los compositores y también aportará originalidad a la obra final. Pero, además, posibilitará a personas sin conocimientos del lenguaje musical hacer sus propias obras, de la misma forma que la cámara digital permite crear obras gráficas de un modo que antes sólo hacían los pintores.

Esta spin-off académica impulsada por la Universidad de Málaga y por el Ministerio de Industria y el de Economía, Melomics tiene su sede en San Francisco (Estados Unidos). “Para algo como Iamus, había que estar aquí”, explica Vico. En Melomics se puede buscar la música creada por Iamus con distintos criterios (instrumentos, duración, tono…) y, a diferencia de otras músicas, una vez comprada todos los derechos de autor son para el comprador.

“Va a ser una herramienta de gran valor, está creando un repositorio universal. En un año Iamus puede crear 1010 obras, lo que en la práctica es una cantidad infinita para los humanos”, explica el pianista Gustavo Díaz-Jerez. Para Vico, “puede provocar en la música lo que la cámara digital en la fotografía”.

Publicado en: esmateria.com

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