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Quien haya visto la película “Comer, rezar y amar”, debe percatarse del planteamiento de libertad que le concede la cinta al perfil de la protagonista. Cabe la pregunta ¿será que las mujeres quieren ser libres? ¿Hasta dónde los hombres están dispuestos a permitirlo? El personaje principal de este largometraje, decide separarse de su marido, de su casa, de su vida profesional, de todo, para buscar respuestas que no encuentra.

muslim woman

Ahora bien, ¿cuántas mujeres de nuestro entorno pudieran identificarse con este caso? Creo que muchas. Por ejemplo, en Venezuela existen miles de casos de mujeres maltratadas, otras que no han tenido la oportunidad de destacarse en un país lleno de machismo. En consecuencia, es lógico pensar: las mujeres desean ser libres. De acuerdo a estudios realizados, desde los años 60 ha crecido el número de mujeres que permanecen solteras, es decir, ha ido creciendo el deseo de permanecer sola hasta más avanzada edad. Esto indudablemente tiene dos lecturas: la primera, la mujer no necesita ponerse de acuerdo con nadie para realizar cosas. La otra, demostrarse a sí misma que ella puede encargarse de todo sin ayuda.

En este aspecto, la mujer venezolana, siempre ha sido batalladora y le ha hecho frente a las adversidades. Ejemplos sobran en la historia, la heroína Luisa Cáceres; una de ellas. Por consiguiente me obligo a pensar que las mujeres siempre han querido ser libres.  Sin embargo, hay quienes piensan que la mujer nació para atender al hombre, que es un irrespeto dejar al marido sin causa justificable, lo que sería imperdonable para algunas sociedades, que no se preguntan por qué se dan estas reacciones femeninas. En fin, las mujeres quieren ser libres porque son seres humanos con derechos iguales a nosotros los hombres, quienes debemos reflexionar para intentar cambiar de una sociedad machista a una sociedad más justa con las féminas. Ya lo decía la biblia: “Maridos amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas.” (Colosenses 3:19).

Ángel Marino Ramírez

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